viernes, julio 28, 2006


consejo nacional de la JuFra en Mexico
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esta foto es en Puebla, fraternidad de san Diego y fraternidad Santo Toribio Romo
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ella es nuestra hermana Cecy es parte de la JuFra STR y tiene el oficio de formadora regional
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somo la nueva region, San Luis Rey de Francia, Aguascalientes y San luis Potosi, paz y bien
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fray Miguel o.f.m. asesor nacional de la JuFra
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exposicion del Santisimo, "en los cielos y en la tierra sea por siempre bendito y alabado, el corazon amoroso de Jesus Sacramentado"
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hora santa, en la playa
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celebracion eucaristica
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el crucifijo de San Damian, �ve y repara mi iglesia!
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animacion por parte de la region de chihuahua
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aqui esta el secretario de la fraternidad Angel (chamarra de mezclilla)
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fraternidad de san diego, aguascalientes
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fotos del encuentro nacional JuFra realizado en cancun mexico
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Boletin de la fraternidad

Región “San Luís Rey de Francia”
Orden Franciscana Seglar-Juventud Franciscana

XXVIII-VII-MMVI Aguascalientes de la Asunción Año 2 No. 9

«"Dichoso quien se juzga a sí mismo en este mundo, porque no tendrá que comparecer en el otro juicio", "Este es el camino de la salvación: alegrarse del bien del prójimo y dolerse de su mal, pensar bien de los otros y mal de uno mismo, honrar a los demás y despreciarse a sí mismos"» dichos de Fray Gil.

INDULGENCIAS

La doctrina y la práctica de las indulgencias en la Iglesia están estrechamente ligadas a los efectos del sacramento de la Penitencia.
¿Qué son las indulgencias? "La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos."
"La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente."
"Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias" (CIC, can. 992 - 994).
Las penas del pecado.- Para entender esta doctrina y esta práctica de la Iglesia es preciso recordar que el pecado tiene una doble consecuencia. El pecado grave nos priva de la comunión con Dios y por ello nos hace incapaces de la vida eterna, cuya privación se llama la "pena eterna" del pecado. Por otra parte, todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas que tienen necesidad de purificación, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio. Esta purificación libera de lo que se llama la "pena temporal" del pecado. Estas dos penas no deben ser concebidas como una especie de venganza, infligida por Dios desde el exterior, sino como algo que brota de la naturaleza misma del pecado. Una conversión que procede de una ferviente caridad puede llegar a la total purificación del pecador, de modo que no subsistiría ninguna pena (cf Cc. de Trento: DS 1712 - 1713; 1820). El perdón del pecado y la restauración de la comunión con Dios entrañan la remisión de las penas eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen. El cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegado el día, enfrentándose serenamente con la muerte, por aceptar como una gracia estas penas temporales del pecado; debe aplicarse, tanto mediante las obras de misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia, a despojarse completamente del "hombre viejo" y a revestirse del "hombre nuevo" (cf Ef 4, 24).

INDULGENCIA DE LA PORCIUNCULA O PERDON DE ASIS (2 de agosto)

«Estando el bienaventurado Francisco en Santa María de la Porciúncula, le fue revelado del Señor que se acercase al Sumo Pontífice Honorio III, que entonces se hallaba en Perusa, a fin de impetrar de él la indulgencia para la dicha iglesia de Santa María que había reconstruido. El papa Honorio permaneció en Perusa hasta el 12 de agosto. Levantándose Francisco de mañana, llamó a su compañero fray Masseo de Marignano, se presentó con él al dicho señor Honorio y le dijo:
-- Santo Padre, hace poco reparé para Vos una iglesia en honor de la Virgen, madre de Cristo; suplico a Vuestra Santidad que pongáis allá indulgencia sin ofertas.
Le respondió que convenientemente no podía hacerse esto, pues el que pide indulgencia, menester es que la merezca aportando ayuda:
-- Pero indícame cuántos años quieres y qué indulgencia deseas se ponga allá.
A lo que respondió San Francisco: -- Santo Padre, plegue a Vuestra Santidad darme no años, sino almas.
Y el señor Papa le dijo: -- ¿Cómo quieres las almas?
El bienaventurado Francisco respondió:
-- Santo Padre, si a Vuestra Santidad le agrada, quiero que cualquiera que venga a esta iglesia confesado y contrito y absuelto como conviene por el sacerdote, quede libre de pena y de culpa en el cielo y en la tierra desde el día del bautismo hasta el día y la hora que entró en esta dicha iglesia.
El señor Papa le respondió: -- Mucho pides, Francisco, pues no es costumbre de la Curia romana conceder tal indulgencia.
El bienaventurado Francisco le replicó: -- Señor, no lo pido de mí; lo pido de parte del que me envió, el Señor Jesucristo. Entonces el señor Papa exclamó tres veces: -- Pláceme que la tengas.
Los señores cardenales que estaban presentes respondieron: -- Mirad, señor, que si a éste le concedéis tal indulgencia, destruís la indulgencia de Ultramar, y se reduce a la nada y por nada será tenida la indulgencia de los apóstoles Pedro y Pablo.
Respondió el señor Papa: -- La hemos dado y concedido, y no es conveniente revocar lo hecho. Pero la modificaremos fijándola en un solo día natural.
Llamó entonces a San Francisco y le dijo: -- ¡Ea!, concedemos desde ahora que cualquiera que viniere y entrare en dicha iglesia bien confesado y contrito, quede absuelto de pena y de culpa, y queremos que esto sea valedero perpetuamente todos los años, solamente por un día natural, desde las primeras vísperas del día hasta las vísperas del día siguiente. Entonces Francisco, después de inclinar con reverencia la cabeza, comenzó a salir del palacio. Viendo el Papa que se iba, le llamó y le dijo:
-- O simplicione! ¿Adónde vas? ¿Qué garantías llevas tú de la indulgencia?
Y el bienaventurado Francisco respondió:-- Me basta vuestra palabra. Si es obra de Dios, Él mismo la manifestará. No quiero otro instrumento, sino que la bienaventurada Virgen María sea la carta, Cristo el notario y testigos los ángeles.
Él tornó de Perusa hacia Asís, y llegando a medio camino, al lugar que se llama Collestrada, donde había hospital de leprosos, descansando un poco con su compañero, se durmió. Despertóse, y después de la oración llamó al compañero y le dijo: -- Fray Masseo, dígote de parte de Dios que la indulgencia que me ha concedido el sumo Pontífice ha sido confirmada en los cielos» (Diploma del obispo Teobaldo).

Esta indulgencia se gana cada 2 de agosto, día de la Dedicación de la iglesita, una sola vez, con las siguientes condiciones: 1) visitar una de las iglesias mencionadas, rezando la oración del Señor y el Símbolo de la fe (Padrenuestro y Credo); 2) confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa, por ejemplo, un Padrenuestro con Avemaría y Gloria; estas condiciones pueden cumplirse unos días antes o después, pero conviene que la comunión y la oración por el Papa se realicen en el día en que se gana la Indulgencia.

»JuFravisos STR«

† Se les hace la invitación a participar en fraternidad en la celebración eucarística de las 7:00 p.m. el miércoles 2 de agosto en el templo de San Diego a fin de recibir la indulgencia de la Porciúncula (con las condiciones antes mencionadas) y participar de la petición que hiciera nuestro Padre Francisco a Cristo con la intercesión de la Virgen Maria.
† Por esta ocasión la corona se suspende para poder asistir en fraternidad a la celebración Eucarística en el templo de San Diego y poder recibir la indulgencia de la Porciúncula.
† Recuerda este boletín es por ti y para ti, si tienes una reflexión que quisieras que apareciera aquí, una aportación personal a algún tema en especial con gusto lo incluiremos solo tienes que dirigirte con nuestra hermana Nathaly.
† Te invitamos a conocer más de la vida de nuestro Señor Jesucristo, de Francisco, Clara y de otros santos consultando los libros que la fraternidad tiene, no dudes en solicitarlos con nuestra hermana Lorena. “Es importante crecer en sabiduría y actuar conforme a ella”.
† La oración es algo fundamental ya que es la comunicación entre nosotros y Dios en donde le agradecemos, le pedimos o simplemente platicamos con Él, no tengan miedo de hacer oración.

La PAZ del Señor los llene de BIEN

Consejo Ejecutivo Local “Juventud Franciscana Santo Toribio Romo”
“Al servicio de los hermanos a ejemplo de San Francisco de Asís”

Paz y Bien

fraternalmente, su hermano en Xto. y san Fco., manuel, coordinador local